Como la del cuento.

Por @Herrerita16

Entró descalza, sin hacer ruido, pero formando un estruendo. Me quedé inmóvil observándola, dejándola hacer, vigilándola. Al poco ya lo había revuelto todo, aunque he de reconocer que yo me presté de inmediato a contribuir a su torbellino. Toca mis cosas, las desorganiza, me desorganiza a mí, pero después lo deja todo como estaba, como por arte de magia. Creo que esa es su magia. Dice sin decir y hace sin hacer, pero dice y hace. Me toca y se va. Se va y me está tocando. La de la cara de niña en un cuerpo de mujer. Ahora ya no me gusta el orden, nunca me gustó, pero ahora menos. Ahora me dedico a ordenar solo para que ella desordene.

Blanca, casi radiante. Blanca, casi radiante, pero roja por dentro. La que juega como una niña y siente como una mujer. La que juega como una mujer y siente como una niña.

Ya no me gusta mi tranquilidad. Se ríe de mí. Se ríe conmigo, es nuestro juego. Es capaz de atravesarme con una frase de tres palabras. Tan blanca ella, tan roja.

Le hago creer que tiene el control de la situación, pero no lo tiene, tampoco yo. Ni lo quiere, ni lo quiero. Ahora la rutina es ella. ¡Bendita rutina!

Ahora ya no sé jugar a otra cosa, ni quiero. Quizás la he inventado yo, quizás veo en ella lo que yo quiero ver. Me asaltan las dudas, pero las despeja con un solo comentario, otra vez.
Es una tormenta entre algodones, una tempestad tranquila. No necesita aspavientos para hacerse notar. Se acuesta a mi lado y sonríe juguetona. Me roza la mano en un descuido perfectamente preparado.

Sutil. Leona. Gata. Niña. Mujer.

Me ofrece su pecho, su ombligo, para que pasee mi dedo suavemente por ellos, para erizarle la piel, para que se retuerza, para jugar. Se muerde el labio, sonriendo. Me gustaría dibujar un corazón en el contorno de su ombligo, pero no me atrevo. Puede que un día lo haga, puede que ella se dé la vuelta, como asustada, como enfadada, pero aunque no me deje verla porque me dará la espalda, sé que estará sonriendo y jugando con su pelo, emocionada, pero no quiere que lo vea. Para ella sería como sentirse domada y eso no entra en su vocabulario. Pero tampoco quiere que deje de intentarlo.

Hoy he vuelto a hacerla reír, es lo que más le gusta de mí. Cree que soy un tipo ingenioso, lo que no sabe es que ese ingenio lo provoca ella. Cualquier hombre mataría por hacerla reír, o debería. ¡Pero qué sabrán ellos! ¡Ojalá no lo sepan nunca! Yo tengo ese privilegio.

El sol entra por una rendija para iluminar su piel. Mírala. ¡Está preciosa! No necesita que se lo digas, solo necesita saber que se lo quieres decir. Tan niña, tan mujer.

Esta noche ha besado mi frente y acariciado mi mejilla antes de ir a dormir, lo ha hecho como siempre, sin tocar ni besar. No quiero cerrar los ojos. ¡No! Me niego. No quiero cerrar los ojos y al abrirlos por la mañana descubrir que ya no está, así que me quedaré a su lado, despierto hasta el amanecer.

Un día se marchará tal y como llegó, sin ruido, descalza, sonriendo. Como pisando la arena de una playa.


¡Ay de mí!

Tan blanca, tan roja, Inmaculada.


¡Ay de mí!

Dejaré para siempre todo recogido, todo ordenado, por si quisiera volver. ¿Qué será de mí sin su compañía?

¡Ay de mí!

Aún no se ha marchado y ya la estoy despidiendo, por si no pudiera cuando llegue el momento. Quizás el miedo se apodere de mí. ¡Hazlo ahora, maldito cobarde!

Me llenaré de valor y escribiré con mis dedos un "Te Quiero" en su espalda desnuda, tan blanca. Nunca me permitiría que lo hiciese a su vista. Solo quiere que lo haga, sentirlo, suspirar por dentro, pero no quiere verlo. Apartaré el pelo de su nuca, tan blanca, la besaré. Repasaré el "Te Quiero" antes de dormirnos, para que se acuerde de mí cuando ya no esté. Para que lo guarde dentro. Casi puedo escuchar cómo le cae una lagrima. Será mi imaginación. Ojalá se volviera y quisiera sonreírme.

Tiene la luna por cerebro. Como alas, sus palabras. Se quedará si quiere. Se marchará si quiere. Nunca le pregunté su nombre, ni lo hice, ni lo haré. Porque quiero recordarla así, blanca, roja, roja como la del cuento.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Urania es nombre de musa.

El himno de la alegría.

Sigue...