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Mostrando entradas de diciembre, 2015

De pestañas para adentro.

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Por @Lottelita_Haze E l cuerpo es más inteligente que la mente. Al menos, más sincero. Allí donde la cabeza afirma convencida "esta sí que sí es la última", los hombros se hunden, conscientes de que donde se vuelve una vez, se puede volver 20. Allí donde nuestra mente saturada, envía órdenes inmediatas para borrar conversaciones, nuestros dedos proceden obedientes, aun sabiendo que el problema no es ese. Que no son las conversaciones que guarda un teléfono las que no nos permiten seguir, sino aquellas que se guardan de pestañas para adentro.  Nuestra cabeza pretende que el cuerpo bloquee agentes externos que puedan hacer daño, cuando la única bloqueada es ella.   Por eso allí donde nos repetimos "no pasa nada", el cuerpo tiembla. Allí donde decimos "estoy bien", los ojos lloran. Allí donde pensamos " mañana  se habrá acabado", el corazón amanece encogido.   Insisto, el cuerpo es más inteligente que la mente. Puedes repetirte a t

Louise

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Por @kikolo777 U n suave contoneo de sus caderas bastaba para que gotas de sudor se deslizaran por sus sienes, bajando en frenética carrera hacia ninguna parte. Llevaba años viviendo en la calle con la única compañía de un puñado de cartones, unos libros viejos y ella. La llamaba Louise, en honor a Louise de Renal, la dama seducida por Julien Sorel en la famosa obra de Stendhal Rojo y negro . Desconocía su nombre; llevaba cinco años viéndola caminar por las oscuras aceras al abrigo de la noche y jamás le había preguntado su nombre. Se había hecho a la idea mil veces y mil veces había abortado su propósito por miedo a ser rechazado, ¿quién iba a querer algún trato con un vagabundo? Ni siquiera una mujer como ella, acostumbrada a soportar miradas de asco o insultos por trabajar en la calle. A los ojos de muchos que pasaban fugazmente a su lado, una vulgar ramera de la calle, pero no a los suyos, acostumbrados a observarla de cerca, a estudiar sus gestos, sus lágrimas, sus sonrisas