Hijo de mil putas
Por @Sr_Albedrío Yo nací en una red de microblogging. Con la barba tupida y con solera. No como las de ahora. Ni siquiera mis compañeros de instituto me han visto la cara desnuda. Nací en la cara oculta, hijo de mil putas. La desidia, la desazón, la soledad, la frustración, la sordidez, la tentación. Y un solo padre: Narciso. Nací para desdoblarme. Para no tener que aguantarme a todas horas. Para dialogar conmigo mismo. Para censurarme, a veces, y para encantarme, casi todo el rato. Para ir demasiado lejos y arrepentirme. Para arrepentirme de haberme arrepentido. Si me paro a pensarlo no existe un porqué. Más bien un por qué no. Dar rienda suelta es grato. Es una sensación intensa. Una experiencia vicaria teatral. Una puesta en escena exigente pero agradecida. No me resulta complicado gustarme. Seducir es una droga y me la estaba fumando en papel de plata. Todo empieza en los baños de garitos elegantes, como la cocaína. Y para cuando te das cuenta, estás en un callejón